Luis Beltrán (AVM).- La ganadería de la zona atraviesa una difícil situación con una baja en la cantidad de vientres que le llevará tiempo para su frecuperación y con falta de animales para la comercialización, mientras los campos no logran recomponer las pasturas por la sequía y la sobre carha. En este escenario difícil, el matadero local se recupera a buen ritmo. Desde la conducción de la planta, Otto Garbers opina que el compromiso de los 40 trabajadores tuvo mucho que ver, y que ese acompañamiento hizo que se comience a salir de las dificultades que atravesaron. En dos años mejoraron los ingresos de los trabajadores, mejoraron las condiciones de trabajo con herramientas y refacciones y se cumple con cuestiones básicas como pagar sueldos en tiempo y forma y la entrega de indumentaria.

Garbers razona que un factor clave fue incorporar a los trabajadores al directorio de esta Sociedad del Estado. A partir de allí se compraron herramientas nuevas y la semana pasada se preveía instalar una nueva “sierra de pecho” que significó una inversión de 16 mil pesos. Anteriormente se habían comprado dos cuchillos neumáticos valuados en 10mil pesos cada uno. El objetivo a alcanzar ahora, es que la caldera funcione a gas y no con gas oil como hasta ahora.

Según relata Ariel Pérez, representante de los empleados en el directorio, la planta de faena atravesó una difícil situación que hizo peligrar la fuente de trabajo. Los trabajadores –un plantel de 40 personas- realizaron medidas de fuerza por los atrasos salariales al gobierno anterior. Con la nueva gestión desconfiaban de las promesas del nuevo gobierno que les pedía trabajar e iniciar en conjunto acciones para reflotar la empresa. A los atrasos en el pago de sueldos (llegaron a adeudarles tres sueldos) se sumaba que no disponían de herramientas adecuadas y no recibían la ropa de trabajo entre otras cosas.

“A mi me ofrecieron esta papa caliente a fines del 2008 y la situación era insostenible, con acreedores que venían todos los días a cobrar, con el cuero a un valor bajísimo y con poca faena. Le propusimos a los empleados conformar el directorio para que sepan que dinero entraba, qué dinero salía y que fueron ellos mismos protagonistas de este desafío. Pero nosotros creíamos que con trabajo y buena administración podíamos salir del pozo. Al principio los empleados –cansados de tantas promesas no cumplidas- no nos creían; y tenían toda la razón del mundo: Pero hoy están chochos” cuenta Otto Garbers, quien está a cargo del Matadero Municipal Luis Beltrán.

Ante abultadas deudas y el riesgo de embargos, no les quedó más opción presentarse a convocatoria de acreedores, por una deuda global que rondaba los dos millones de pesos. “Eso está en manos del juez. El determinará quien está en condiciones de cobrar y quién no y una vez que lo decida, les vamos a pagar. Pero hay gente que vio el cambio y que está trabajando con nosotros y a pesar de que le debíamos dinero” apunta Garbers.

En la actualidad, la empresa no compra hacienda y sólo se ocupa de faenar para terceros, clientela que se compone desde un solo animal a los pequeños productores locales, hasta cantidad indefinida para empresas más grandes. A cambio se quedan con el cuero –que se vende a razón de aproximadamente $ 4,10 el kilo- y se cobra 15 centavos de peso por kilo de faena; para una planta que tiene un costo de funcionamiento mensual de aproximadamente 90 mil pesos. El equilibrio financiero se logró a partir de posponer el pago de deudas con la convocatoria de acreedores y la mejora de precios del cuero. Hoy esa mejora se traduce por ejemplo en algunos signos positivos. Por caso se menciona que se dispone de dinero ahorrado, que sirve ante cualquier eventualidad, para al menos garantizar el pago de los sueldos.

Garbers dice que cada mes se les da a conocer a los empleados, el movimiento económico de la empresa, para que puedan apreciar si hay mejoras o caídas en el funcionamiento financiero del matadero. La suba lenta pero constante les permitió ir reacomodando los salarios, y realizar mejoras que faciliten el trabajo diario y que atraiga clientes. “Tenemos clientes del alto valle que vienen por dos razones: Una porque compran animales acá, y otra porque aseguran que es muy buena la faena que se hace; y eso habla muy bien de nuestro trabajo, el de los empleados” asegura Pérez. “Pero ellos mismos se controlan asimismo, porque saben que mientras mejor se trabaje, mejoran también los ingresos. Nos adelantamos en un par de año al proyecto del reparto de riquezas que propone el gobierno nacional” acota Otto Garbers.

Entre otras cosas, tanto el representante de los empleados como el administrador coinciden en que, además de las refacciones en todo el edificio, se optimizó el sistema de tratamiento de los efluentes, ajustándose a los requerimientos de Senasa que hace controles periódicos. Se regularizó la entrega de indumentaria a todo el personal, y al mismo tiempo se comercializan subproductos tales como patas, pezuñas, pelo, cabeza, recursos con los cuales se les pudo brindar al personal un adelanto a mitad de mes.

“Acá no se desperdicia prácticamente nada. Al dueño del animal se le entrega el animal faenado y las achuras. Los demás subproductos los vendemos nosotros. Por ejemplo: La sangre cocida se vende a un criadero de cerdos, se venden las pezuñas, el pelo y demás. Sólo la bosta se da gratis a los chacareros chicos que quieran venir a buscarla y que la usan como fertilizante natural. Además de optimizar y mantener las instalaciones, nuestro gran objetivo es que la caldera funciona a gas, y creo que lo vamos a lograr. Es muchio más práctico, más económico, más limpio, menos contaminante y más seguro” apunta Otto Garbers.-